La Manzana de las Luces: Secretos Subterráneos de Buenos Aires

Los túneles debajo de la Manzana de las Luces en Buenos Aires datan, se cree, del siglo XVII. No existe prácticamente registro de ellos más allá de menciones tardías, por lo que durante cientos de años han permanecido rodeados de misterio.

La Manzana de las Luces se encuentra rodeada por las calles Bolívar, Moreno, Alsina, Avenida Julio A. Roca y Perú. El nombre le fue dado por el periódico El Argos en 1821, en referencia a las instituciones intelectuales que allí se encontraban instaladas: El Colegio Nacional de Buenos Aires, la Iglesia de San Ignacio y el antiguo edificio de la Universidad de Buenos Aires, entre otros. Con los años, el total de instituciones albergadas en la manzana llegaría a 44.

Fue en 1608 que la primera misión jesuítica llegó a Buenos Aires, estableciéndose primero en lo que hoy es Plaza de Mayo, junto a la fuente. Por motivos estratégicos y de seguridad (ataques de corsarios a la ciudad, entre otros), los monjes se trasladaron a un nuevo solar ubicado entre las calles Perú, Bolívar, Alsina y Moreno, que había sido donado por Isabel de Carvajal, viuda de Gonzalo Martel de Guzmán y sin hijos.

No fue hasta 1608 que se comenzó a construír la Iglesia de San Ignacio, diseñada por el arquitecto Jan Kraus S.J. y finalizada luego de su muerte por otros arquitectos jesuitas europeos. La Iglesia, cuyas paredes están hechas a mano con ladrillos y adobe, fue inaugurada en 1722 y consagrada en 1734. Poco tiempo después le seguirá el Colegio de San Ignacio, que trasladó su edificio a la Manzana en 1662 (aunque el claustro del colegio no fue completado hasta 1729).

Cuando la Compañía de Jesús debe retirarse del país, por orden de Carlos III de España y su famosa Real Cédula de Expulsión en julio de 1767, nuevos grupos comienzan a reutilizar los edificios. En 1772 se inaugura el Real Colegio de San Carlos, luego llamado Colegio Convictorio Carolino, donde en la actualidad funciona el Colegio Nacional de Buenos Aires. Otras obras de la época incluyen el Real Imprenta de Niños Expósitos (que utilizaba parte de las ganancias para ayudar a la Casa de Niños Expósitos) y, en lo que era la ranchería del Colegio, el primer teatro de Buenos Aires.

Manzana de las Luces - Colegio Nacional e Iglesia San Ignácio en 1767
Manzana de las Luces - Colegio Nacional e Iglesia San Ignácio en 1767, reconstrucción de G. Furlong.
Edificio de las antiguas Procuraduría Jesuítica en Buenos Aires.
Edificio de las antiguas Procuraduría Jesuítica en Buenos Aires, parte de la llamada Manzana de las Luces. En esta imagen se ve su aspecto original, antes de la apertura de la Diagonal Sur, para la cual se demolió una parte de la esquina.

En la antigua Procuraduría de las Misiones se instaló en 1780 el Tribunal del Protomedicato. En la antigua huerta del colegio se construyeron casas de alquiler, y en los bajos de dichas casas el Virrey mandó a construir treinta y cuatro calabozos – la mayoría de ellos para alojar a los sublevados de Oruro.

El Regimiento de Patricios tuvo también su cuartel provisional en un sector del Colegio Convictorio Carolino, hasta que el 16 de marzo de 1812 y por decisión de la Primera Junta, abrió allí sus puertas la primera Biblioteca Pública. De dónde salieron los libros que pobraron sus estantes? Del Colegio de San Carlos, y de las donaciones del obispo Azamor y Ramírez.

Entre 1820 y 1854 la Esquina de las Luces fue sede de la Junta de Representantes de Buenos Aires, y en 1821 se fundó la Universidad de Buenos Aires en la Iglesia San Ignacio, precisamente en el lugar que ocupaba la antigua Procuraduría.

El Archivo General de la Provincia de Buenos Aires también se instaló en la manzana, así como el Banco de la Provincia de Buenos Aires, el Museo Público de Buenos Aires (entre cuyos afamados directores se destacan Carlos Germán Burmeister, Carlos Berg, Florentino Ameghino y Ángel Gallardo), así como una multitud de colegios.

La Manzana de las Luces hoy
La Manzana de las Luces hoy.
Patio interno en la Manzana de las Luces.
Patio interno en la Manzana de las Luces. Cortesía de Wikimedia Commons.

En 1863, la Manzana pasó a formar parte del Estado. El Consejo Deliberante de Buenos Aires sesionó en la antigua Cámara de Representantes hasta 1931, que se utilizó luego como Aula Magna de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo.

El viejo edificio virreinal del Colegio de San Ignacio fue demolido a principios del Siglo XX, con excepción de una galería del claustro paralela a la Iglesia. En su lugar se erigió un nuevo edificio en estilo neoclásico francés, inaugurado en 1938. Fue en la misma época que el antiguo Museo Público fue trasladado a un predio en el Parque Centenario, y la esquina noroeste de la Manzana fue demolida para permitir el trazado de la Avenida Julio A. Roca.

Cuando la Manzana se convirtió en museo, en 1972, las autoridades decidieron derrumbar toda construcción que no fuera “auténtica” jesuita. Se destruyeron las ampliaciones y se despejaron los patios internos, quedando únicamente las construcciones del período virreinal.

Antiguo edificio de la Universidad en la Manzana de las Luces.
Antiguo edificio de la Universidad en la Manzana de las Luces.

Los Túneles

Muchos de los túneles que se hallaron debajo de la Esquina de las Luces son parte de la concepción arquitectónica fundacional, es decir que tienen unos 400 años de antigüedad.

Dos túneles construídos en el Siglo XVIII por ingenio de los sacerdotes jesuitas corrían de sur a norte, y de este a oeste. Sabemos que fueron los Jesuitas quienes los construyeron, porque su trazado está señalado en un mapa de 1780 ordenado por el Virrey Juan del Pino, donde aparece demilitada la Manzana de las Luces y la galería llamada “A”, que se prolonga hacia la casa de Rosas en el sur y el Cabildo en el norte.

En 1899 vuelven a mencionarse los túneles y su orígen, en una nota enviada a la publicación de Fray Mocho y firmada por Fabio Carrizo:

“La casa de propiedad del señor Manuel Aguirre, en la esquina de Victoria y Bolívar, está edificada sobre el subterráneo – que aún subsiste – en que debió instalarse la inquisición en 1750.”

Túneles debajod de la Manzana de las Luces
Túneles debajod de la Manzana de las Luces. Cortesía Complejo Histórico Cultural Manzana de las Luces.

La Gaceta Mercantil también menciona los túneles en 1848, hablando de “una galería subterránea que llevaba hasta el Hospital de Hombres que estaba ubicado en Humberto 1 casi esquina Balcarce“.

Finalmente, en 1909 el diario La Nación publica un artículo llamado “Los subterráneos de Buenos Aires”, que describe las tareas de saneamiento del subsuelo realizadas por la Asistencia Pública en las manzanas alrededor de la de las Luces.

Se cree, en base a los trabajos registrados por el arqueólogo Burmeister en 1893, que los túneles unían formaban una red que unía las iglesias y los edificios públicos con el Fuerte de Buenos Aires, que estaba de cara al Río de la Plata.

Sumando los registros de Burmeister con los de E. Topelberg en 1915, el arquitecto Héctor Greslebin hizo en 1912 un trazado con todos los túneles y sus destinos.

Los túneles que conectaban la Buenos Aires del Siglo XVII están tallados directamente en la tosca. A unos tres o cuatro metros de profundidad, las estructuras creadas a pico y brújula tienen pisos nivelados, paredes verticales y techo abovedado.

Se cree que estos túneles se utilizaban sobre todo para defensa, comunicación y comercio. El trazado laberíntico ayudaba a evitar proyectiles, y existen aún numerosas salidas falsas y celadas, o lugares preparados especialmente para emboscar atacantes que dan cuenta de su uso. A pesar de ello, y quizás porque la defensa costera era más fácil, los túneles no se utilizaron durante las Invasiones Inglesas de 1806.

Para el comercio, los túneles comunicaban el Puerto Santa María de los Buenos Ayres con los diferentes almacenes – perfectos para contrabando, ya que la ciudad estaba privada del libre comercio con los puertos de ultramar. Podemos suponer también que por los tuneles pasaban esclavos y mano de obra barata.

En la actualidad, la Manzana de las Luces es uno de los principales museos históricos del centro de Buenos Aires y recibe miles de visitantes interesados en la historia de la ciudad.

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