Colonia Villa Libertad, hoy conocida como Chajarí, tiene una fascinante historia. Afortunadamente, existen dos excelentes documentos que siguen el desarrollo de la Colonia Villa Libertad en Entre Ríos, uno de los más exitosos experimentos agrícolas de la Argentina.
El primero es el libro Memoria del Departamento General de Inmigración, publicado en 1895. El segundo, el Informe Anual del Comisario General de Inmigración de la República Argentina, de 1876. Ambos documentos fueron explorados por el reverenciado Profesor e Historiador Chajariense César Manuel Varini, autor de varias publicaciones a las que haremos referencia.
La Fundación de la Colonia Villa Libertad
La Colonia Villa Libertad, a orillas casi del río Uruguay y atravesada convenientemente por el Ferrocarril Argentino del Este, es fundada en Abril de 1876 sobre un terreno cedido por el Gobierno Entrerriano al Gobierno Nacional. Las ocho onduladas leguas que constituyen su extensión han sido divididas en parcelas de 43 hectáreas cada una, alternando los terrenos entre posesión nacional y provincial (y dejando la mitad de ellos vacíos en anticipación de su futuro crecimiento.)
Estas tierras han sido escogidas por encontrárselas perfectas para la agricultura: Aquí pueden cosecharse papas, cereales, hortalizas, algodón. Los colonos, familias Italianas de Milano y Tirol y reclutadas por el futuro administrador del pueblo Don Pablo Stampa, han traído de Europa incluso algunas semillas de tabaco, que utilizan para consumo propio. Varios afluyentes proveen al pequeño agrupamiento de agua potable y cristalina, que los colonos acarrean a sus casas en carros hechos por ellos mismos. La zona es también perfecta para cazar ciervos, venados, javalíes, pavos y perdices. Un pequeño edén, aunque ligeramente diferente a las montañas verdeoscuro de Trambileno y las construcciones en piedra de la Lombardía.
Las casas de los primeros colonos están hechas de postes de ñandubay y terrones de barro (y muchas se mantienen en pié aún hoy). La Estancia Santa Rosa, donde reside la administración, aloja también el juzgado y la escuela, así como una cuadra para sembrado de maíz, papas y legumbres. Todo parece marchar en orden, pero ésta es una historia que recién comienza.
"Se inicia una etapa nueva y fundamental para la región, la de la agricultura. Sobre la tierra que conserva el polvo de los huesos de indios y gauchos, nace la Villa Libertad. Su historia es la de muchas localidades del Interior, surgidas al conjuro de leyes protectoras de la colonización y por la voluntad indomable de núcleos migratorios."
César Manuel Varini - Orígen de las Familias Fundadoras de Villa Libertad.
Los Primeros Colonos y sus Propiedades
Hombres, mujeres y niños trabajan la tierra. Las familias, todas Italianas, han sido seleccionada en base a su número (más de cinco integrantes) y su aptitud para el trabajo agrícola. Pablo Stampa, empleado en la Comisaría General de Inmigración, es el encargado de viajar desde la Argentina a Italia en 1875. A bordo del vapor “Norte América” de la empresa Lavarello, sus instrucciones son bien precisas: Ofrecer lotes de chacras a familias, más un adelanto de seiscientos pesos (en calidad de préstamo sin intereses).
Stampa recorre Nueva Liguria, Stardella, Milán, Como, Rovereto, Verona, Vicenza, Mantua, Módena, Parma, Piacenza y Cremona. En Milán, publica una propaganda en la primera página del periódico “El Indicador” (mi tatarabuelo Francesco Sirtori, herrero y carpintero, ve dicho aviso y decide sumarse a la comitiva. A los demás los convence Pablo.)
Unas 600 familias dan el sí. De ellas, sesenta serán seleccionadas para fundar la colonia de Villa Libertad. La mayoría son venecianos, lombardos y trentinos (también descriptos como altos, rubios y bien conformados), y pasará al menos una generación más hasta que estas diferencias regionales comiencen a borronearse en la nueva patria.
Los primeros colonos, treinta y ocho familias, parten de Genova en 1875 y arriban a una tierra que luce completamente diferent aloq ue han visto sus vidas enteras. Cada familia recibe una parcela, pero muchas solicitan unir las chacras o comienzan a construir sus casas en las esquinas linderas. Quieren acompañrse y ayudarse, por lo que distribuyen las tareas: Los hombres amansan los bueyes entregados por el gobierno y conducen el arado. Las mujeres y los niños recogen el maní y cuidan las vides y las gallinas. Pronto el pueblo necesita un banco para abrir cuentas de ahorro, tanto han trabajado los colonos que el colchón ya no les alcanza para guardar sus ganancias!
Pablo Stampa, ahora el flamante administrador, es considerado por sus vecinos un auténtico padre y bienhechor. La contabilidad de la colonia está en perfecto orden. Cada tres días se distribuye carne, y cada doce harina, galletas y sal. Gracias a ello es que los colonos lograrán sobrevivir su primera gran catástrofe, meses apenas luego de su llegada.
De Cosechas Perdidas y Armonía Vecinal
Las dos primeras cosechas de Colonia Villa Libertad son, debido a factores externos y fuera del control de los colonos, un rotundo fracaso. El maíz de la primera siembre se pierde casi por completo debido a una sequía que sume al naciente pueblo en una nube de denso calor. Las familias intentan plantar nuevamente, con los mismos desafortunados resultados.
Si en 1876 la situación es ligeramente tirante, 1878 sembrará la duda en aquellos que vieron en las colonias agrícolas un nuevo camino para el país. La segunda siembra de maíz y papas es devorada por langostas. Sólo sobrevive una octaba parte de lo estimado. De nada sirve que durante los cinco meses de lucha los colonos continúen plantando; tres veces falla el maíz, y dos las papas.
Tamaño revez agrícola exige de la ayuda estatal, que se consigue afortunadamente puesto que la colonia marcha (a pesar de los pequeños invasores) mejor de lo que cualquiera hubiese esperado.
Los reportes de salud indican que los habitantes están en general sanos y felices. Cincuentayocho niños asisten con regularidad a la escuela, que está a cargo del Juez de Paz, el Dr. Don Juan Pestalozzo. Junto con su ayudante Carlos Picello y los bancos, libros y útiles donados por el Gobierno Provincial, los hijos tanto de inmigrantes como de antiguos moradores comaprten las aulas en armonía.
Pronto el Gobierno envía un médico-cirujano, debido a que han habido algunos accidentes con caballos. El Dr. Don Angel Sacerdoti será el primer doctor de la Colonia, y reportará con detalle las diferents heridas que han sufrido los colonos – y su exitoso tratamiento. Quebraduras, esguinces, fiebres, el médico se ha encargado de todas. El alma de los colonos también está a salvo: una capilla improvisada con un altar portatil comienza a congregar a los fieles viajeros, mientras misioneros visitan grandes y pequeñas chacras (“pobres si se quiere, pero muy aseadas“).
Los colonos aseguran, sonriendo, que a pesar de no tener resuelto aún el bien espiritual y la educación moral y cristiana de sus hijos:
“No nos falta nada en lo temporal, y esto a pesar de la gran seca pasada.“
Con un floreciente estado de salud y cosechas que sólo prometen mejorar (porque empeorar sería además imposible!) , los primeros colonos de Vilal Libertad tienen la vida entera por delante. La historia determinará los caminos que cada una de esas 38 familias iniciales tomará, algunos buenos, otros no tanto. Esperamos cubrir muchos de ellos en estos artículos!
Fuentes:
ALSINA, Juan. Memoria del Departamento General de Inmigración, correspondiente al año 1895. Impr. P. Coni. Buenos Aires 1896.
VARINI, César Manuel. Orígen de las Familias Fundadoras de Villa Libertad. Chajarí, Entre Ríos.
VARINI, César Manuel. Nuestras Colonias. Publicaciones del Museo Regional “Camila Quiroga”. Marzo 1996. Chajarí, Entre Ríos.
Informe Anual del Comisario General de Inmigración de la República Argentina. Impr. y litografía del Courrier de la Plata, 1877.