Durante el siglo XIX, los barcos que realizaban travesías transatlánticas solían tener tres clases de pasajeros: primera, segunda y tercera clase. Cada clase ofrecía un nivel diferente de comodidades y servicios, lo que reflejaba las diferencias sociales y económicas entre los pasajeros a bordo.
Por ejemplo, mientras que la primera clase brindaba lujosas instalaciones y servicios exclusivos, la tercera clase proporcionaba opciones más básicas y limitadas. Esta división reflejaba las profundas disparidades sociales y económicas de la época, donde el acceso a los viajes marítimos estaba fuertemente influenciado por el estatus socioeconómico de los pasajeros.
Primera Clase
La primera clase era la opción más lujosa y exclusiva para los pasajeros que podían pagar un precio considerablemente más alto por sus boletos.
Los camarotes de primera clase estaban ubicados en las cubiertas superiores del barco y ofrecían amplio espacio, comodidades modernas y un servicio personalizado.
Los pasajeros de primera clase disfrutaban de comidas elaboradas en elegantes comedores, áreas de recreación bien equipadas y acceso privilegiado a las áreas comunes del barco.
Esta clase era popular entre la aristocracia, la alta burguesía y otros pasajeros adinerados que buscaban un viaje transatlántico de lujo.
El Menú de Primera Clase
- Entrada: Sopa de langosta o caviar con blinis.
- Plato principal: Filete de ternera Wellington o salmón al horno con salsa holandesa.
- Guarnición: Patatas gratinadas o espárragos al vapor.
- Postre: Pastel de chocolate con crema o soufflé de frutas frescas.
- Bebidas: Vinos finos, champán o licores de alta calidad.
Segunda Clase
La segunda clase ofrecía un nivel intermedio de comodidades y servicios entre la primera y la tercera clase. Los camarotes de segunda clase estaban ubicados en cubiertas intermedias del barco y ofrecían alojamientos más modestos que la primera clase, pero aún así cómodos y funcionales.
Los pasajeros de segunda clase tenían acceso a comedores separados y áreas comunes compartidas con otros pasajeros de su misma clase. Esta opción era popular entre la clase media y los viajeros que buscaban un nivel de comodidad razonable a un precio más accesible que la primera clase.
El Menú de Segunda Clase
- Entrada: Sopa de pollo con verduras o ensalada de mariscos.
- Plato principal: Estofado de ternera con puré de patatas o pescado al horno con salsa de limón.
- Guarnición: Arroz pilaf o vegetales al vapor.
- Postre: Tarta de manzana con helado o pudín de vainilla.
- Bebidas: Vino tinto o blanco, agua mineral o refrescos.
Tercera Clase
La tercera clase, también conocida como clase económica o de emigrantes, era la opción más económica disponible para los pasajeros que buscaban un viaje transatlántico a un costo más bajo.
Los camarotes de tercera clase estaban ubicados en las cubiertas inferiores del barco y ofrecían alojamientos básicos y compartidos. Los pasajeros de tercera clase tenían acceso a comedores comunes y áreas de recreación más simples en comparación con las otras clases. Esta clase era popular entre los inmigrantes y aquellos con recursos económicos limitados que buscaban una nueva vida en el Nuevo Mundo.
El Menú de Tercera Clase
- Entrada: Sopa de verduras o ensalada mixta.
- Plato principal: Pollo asado con patatas o pasta con salsa de tomate.
- Guarnición: Pan recién horneado o arroz blanco.
- Postre: Fruta fresca de temporada o budín de pan.
- Bebidas: Agua del grifo, té o café.