Por Meri Trentini
El camino sin fin de la seda. 8.000 km de viaje con sus compañeros de ruta: pieles, alfombras, armas, utensillos, productos agrícolas , metales, ganado y gente.
Cuando era niña escuche un relato familiar que estaba tan alejado de lo conocido que quedo impreso en mi memoria. La abuela de mi abuela, que ahora , después de añosde investigación, tiene nombre y apellido, Maria Delai, había trabajado en una fabrica de gusanos de seda en la Alta Italia, antes de migrar con su pobreza e hijos a cuesta a La Merica. Y su historia de caminos migrantes se enlazó como por arte de magia con la transitada y legendaria Ruta de la seda. Vamos a asomarnos a su historia y veamos como todos los acontecimientos se entrelazan para hacer la historia, nuestra legendaria historia humana, donde todo hace a todo , y el pasado y el presente son un crisol del cual gotea nuestra vida.
El gusano de seda (Bombyx Mori) no es realmente una larva, sino una oruga, nacida entre 400 huevos del tamaño de un alfiler. Se las incuba diez días y se las ponen a comer hojas de mora (para que la seda tenga la mejor calidad) durante seis semanas. Aumentan su tamaño 10.0000 veces, cambian de color y se aferran a una rama a tejer su capullo impermeable y brillante, que los cubre por completo. Sacudiendo su cabeza 300.000 veces van hilando su fina red, de mas de un kilometro de largo. Con esas hebras se teje la tela más delicada, la seda.
La manufactura de la seda siempre tuvo cuatro etapas: El cultivo de las moreras, la cría de los gusanos, el desarrollo de la fibra y el Tejido de la tela. Y en oriente era especialmente un trabajo de las mujeres por la delicadeza y paciencia del genero femenino. Tanto es así que decían que los gusanos necesitaban un ambiente especial para su desarrollo, que detestaban el frio, la humedad, la suciedad ,el ruido, los gritos, el olor a pescado frito y las mujeres después de parir (personalmente creo que podría ser por la tristeza del posparto que aun no estaba estudiada). Nace entonces el arte de la Sericultura, tan inmensamente importante que la Mitologia China tiene, como una de sus diosas, la Diosa de la Seda.
La seda fue y sigue siendo la tela mas preciada y cara. Llega de Oriente pero muchas cosas han de pasar antes que nuestros ancestros vivan de ella, como obreros, tal cual los gusanos.
Dice la leyenda que en el año 2640 la mujer del Emperador chino Huang Di, de catorce años, de nombre Xi Lingshi, estaba tomando una taza de té, cuando cayó de una morera un capullo en ella, y desenvolviendo el capullo el filamento que lo formaba observó que era extensísimo y bello (su brillantez se debe a que las fibras no tienen forma cilíndrica sino de prismas triangulares, por lo que reflejan la luz).
Desde ese hecho casual, su hilado posterior y el uso para finos paños, transcurrieron 2000 años de secreto guardado celosamente en China, bajo un decreto imperial que condenaba a la pena de muerte a quien lo divulgara.
En el año 139 AC se abre la ruta mundial de comercio que va desde el lejano este de China hasta el Mar Mediterráneo, y con ella nace el nombre de Ruta de la Seda, por ser el artículo que generaba más movimiento. Alrededor del año 300 dc ya se conoce en Japón e India el secreto de su producción. Pero, para el Imperio Romano, continúa siendo un misterio, tanto es así que creían que la seda era un producto de una especie de “árbol de lana” y los seres que lo habitaban ”sericum”, vivían hasta trescientos años, sumando en su creencia lo exótico con el secretismo y la imaginación.
En el siglo II los chinos ya habían establecido entonces la ruta para exportar seda a Occidente. Saliendo generalmente de Pekín las caravanas eran realmente importantes, de 100 a 500 personas con camellos y yaks. Cada animal era capaz de transportar aproximadamente 140 kg de mercadería y toda la comitiva tardaba alrededor de un año para llegar al Mediterráneo, satisfaciendo el deseo de delicadas y ricas sedas en occidente, intercambiándolas por oro, marfil, caballos o piedras preciosas.
Pero el secreto de la seda, al cumplir su ciclo de siglos, ya no podrá permanecer oculto. Mercaderes, ladrones y espías de todo tipo, sumados a monjes y diplomáticos van llevando la noticia de la producción milagrosa, y lentamente se va esparciendo hacia Europa.
En el 552 el Emperador Bizantino Justiniano, en su imperio Romano de Occidente, recibe los primeros huevos de gusano que, según dice la leyenda, dos monjes persas habían traído en escondidos en sus bastones de bambú.
La Seda en Italia
La toma de Constantinopla por los Cruzados en 1204 implica la decadencia de la ciudad imperial , y a partir del siglo XIII Italia desarrolla una producción doméstica tras haber traído 2000 tejedores calificados desde Constantinopla. En los siglos XI y XII Lucca se desarrolla exponencialmente con la entrada de tejedores judíos y griegos de Sicilia y Sur de Italia. La burguesía, nueva emergente clase social, demanda productos de lujo como antes los demandaban los habitantes del lejano Imperio Romano.
Alrededor de 1750 más del 60% de los terrenos no desarrollados estaban cultivados con viñedos que producían vino de baja graduación alcohólica y de media y baja calidad. No se podían conservar mas allá del año, por lo tanto su comercialización era imposible conformando entonces el acompañamiento básico de la gente mas pobre.
En 1776 se funda la “Sociedad Patriótica” para promover con sus publicaciones la agricultura y todo lo referente a su manufactura. El siglo siguiente no trae grandes cambios, todo lo contrario, se suma el problema del azote de la enfermedad de la vid, el “Mildiu Polvoriento”, a las convulsiones territoriales y políticas en Venecia y Lombardia, en 1854.
Y ahí es donde la actividad del cultivo de la morera para alimento de los gusanos de seda comienza a ser la actividad agrícola mas importante, y la de las vides queda relegada. Hacia fines del 1700 en el Ducado de Milán se habían plantado 600.000 arboles, demandando gran cantidad de mano de obra y resultando el producto final una seda de altísima calidad. Y paralelamente surgen las hilanderías con todo lo inherente a la manufactura, bobinado, personal, etc.
En Inglaterra y Francia ocurre lo mismo y realizan grandes avances en la producción de la seda y la gran vedette del oriente también luce y ornamenta a los que pueden adquirirla.
La producción crece infatigablemente, y para mediados del siglo diecinueve supera en un 600% a la del siglo anterior..
En 1858 se instala una hilandería en el Monasterio de San Ambrogio, en Cologno Monzese, también se crían ahí los gusanos y en Milán, Monza y Cernusco sul Naviglio se instalan otras siete fábricas.
En 1930 se hace presente la enfermedad de los capullos y la tecnología mas avanzada hace que desaparezcan las pequeñas fábricas para ceder el paso al proceso de industrialización en la zona milanesa.
Y que pasó mientras con la Ruta de la Seda? Pues esto:
Hoy en día la producción es una combinación de técnicas antiguas y modernas y China retoma el protagonismo, esta vez construyendo en la actualidad dos rutas combinadas, una terrestre y otra marítima, conectando como en la antigüedad, el lejano Oriente Ruso y Chino con los puertos marítimos Europeos. Crea o recrea así dos grandes rutas, uno, el Puente terrestre euroasiático que tendrá un recorrido de 16 días, y el Puente Marítimo, de 35 días para llevar la mercadería de Oriente a Occidente y viceversa.
La ingeniería china del más alto nivel se ha puesto a trabajar en el faraónico proyecto para liderar el mercado mundial y mover 500.000 millones de dólares en 60 países con este armado.
No podemos estimar si será una oportunidad para esos países o una batalla campal para el dominio del comercio global.
Pero si tengo la certeza que todo está relacionado y conectado con todo en nuestro mundo, y el largo camino de la seda, la vida de María, las rutas del futuro, las moreras de Italia, el destino de los obreros de las factorías y el de las ricas damas y caballeros que disfrutaban el lujo, intervienen y llegan a nuestra vida y forman parte de ella y de los que vendrán. El Camino de la Seda también es un camino nuestro.
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Nota por Meri Trentini. Meri nació en Entre Ríos, estudió Literatura en la Universidad de Buenos Aires y colabora regularmente con Origenes.online escribiendo sobre costumbres, lenguaje, viajes e historias familiares.